La puesta de Sol vista desde la cima de la pirámide de Kinich Kadmo, en Izamal, es un espectáculo que todo el mundo debería de poder disfrutar en algún momento de la vida, os recomiendo venir un día aquí, esta es una de las pocas puertas del cielo que permanecen abiertas.
La temperatura es suave, agradable y benigna, estable, sin una brizna de viento, después de la tormenta viene la calma y aquí se ha cumplido a la perfección.
Para los astrólogos Maya,el ocaso del Sol tenía una importancia extraordinaria, a esa hora del crepúsculo cambia el cielo de color, es algo que ocurre en un momento mágico, como si hubiera un técnico en luminotécnia descomunal.
Cae el Sol de la tarde, el Sol viejo del ocaso que se llamaba Kin en el amanecer y que se llama Xul al anochecer.
El astro rey se llama Pax a media mañana, cuando el Sol comienza a brillar y se deja cubrir por la fina humedad que se eleva de la tierra que se va calentando, el Sol de la mañana que a veces trae lluvia fina es Pax. Al llegar a lo alto del cielo, cerca del mediodía, cuando el calor del Sol obliga abandonar las tareas agrícolas, ese Sol cambia de nombre de nuevo y entonces se llama Oc, la hora en la que los perros se mueven en busca de la sombra.
Kankin se llama el Sol de insoportable calor de media tarde, cuando las temperaturas alcanzan su valor más alto y todos los trabajos fuertes deben ser suspendidos, esas horas de calor sofocante en la que los perros siempre duermen a la sombra. Kankin es el perro de la muerte, la hora en que en nuestra cultura astrológica el Sol atraviesa la casa VIII.
Cuando el Sol pierde ya su orgullo y se le puede mirar directamente a la faz, entonces cambia de nombre de nuevo y se llama Xul.
Cuando el Sol se pone bajo el horizonte y se oscurece el cielo, en la mentalidasd Maya, el Sol se transforma en un jaguar para atravesar el inframundo en la oscuridad de la noche.
Cuando el Sol se transforma en jaguar se llama Balam Kin, es entonces cuando llega la verdadera oscuridad de la noche.
-El ambiente que se respira en lo alto de la piramide es especial, los aromas verdes que emanan de la jungla, invaden el espacio, estos aromas son los mismos que se respiraban hace dos mil años. La noche da un toque de misterio a las escaleras que suben el último tramo de la pirámide de Kinich Kadmo. -Si no fuera porque no soy miedoso, da para que de un poco de miedo, aquí en medio de la noche, solo y encaramado en un lugar que vaya usted a saber lo que ha pasado por aquí,
Ahora que llega la oscuridad de la noche, el aspecto de la piramide cambia y el resto del mundo también. Desde aquí arriba se observa el pueblo iluminado emergiendo entre la jungla que todo lo invade.
Dicen los viejos del lugar que en esta hora de la noche, cuando la oscuridad se adueña del lugar, salen los espíritus a bailar. La noche permite percibir la luz incorpórea de cada uno de esos espíritus que bailan a primera hora la noche en la explanada superior de la pirámide de Kinicho Kadmo.
Y llega la noche cerrada, este lugar se vuelve oscuro, las luces de los espiritus que bailan son mis compañeros en este sagrado lugar. .
Son seres de luz que salen de sus lugares para bailar en la noche estrellada. De día ocupan cuerpos mortales y luego salen libren en forma de luz para venir a bailar a la explanada de la pirámide de Kinich Kadmo.
Donde fueres, hicieres lo que vieres, así que si aquí bailan los espiritus tambien bailo yo, bailar el baile que se baila en este lugar es mucho bailar.
Terminado el baile llega el tiempo de despedir a los espiritus de la noche, es el momento de levantar la cabeza para mirar al cielo, es la hora de ver aparecer a Tlahuizcalpantecutli en la oscura sombra del horizonte.
¡Ahí viene! -Ya aparece, ya esta llegando Tlahuizcalpantecutli , ahí viene bailando en el cielo como bailaba en la mañana de la Ciudacita.
Ya se acerca Tlahuizcalpantecutli, saliendo de la oscuridad de la noche, sigilosamente, sin aspavientos, con suavidad, tal como le corresponde a la deidad de Venus.
Si, ya se que en la NASA hacen fotografias mucho mejores que esta, pero ellos no bailan con Venus en lo alto de la pirámide de Kinich Kadmo.