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Breve historia de la Astrologia. Egipto

– Padre nuestro que estás en los cielos………o madre nuestra que estás en los cielos. Dios o diosa, todos los dioses están en los cielos, porque lo que hay en la tierra a lo más, son ídolos de los dioses, pero nunca los dioses mismos que siempre permanecen en el cielo, salvo la divinidad de los ríos que transitan por la superficie de la tierra.

La palabra dios viene de «div» en sánscrito, que significa celeste, brillante que influye sobre la vida en la tierra estando en el cielo.  -Otra cosa es el montaje que se ha hecho con esta palabra y lo que pretenden que sea dios cada una de las diferentes religiones monoteístas. Dios no puede estar encerrado en ningún templo de piedra, ni de mármol por muy blanco que sea, ni ser la exclusiva de ninguna persona  o grupo social.  Dios, la diosa, los dioses están en el cielo, eso es algo que tenía muy claro los egipcios, los griegos o los maya.

Los egipcios consideraban en primer lugar a cuatro grandes divinidades de la naturaleza, una cuaternidad semejante a la del mundo maya; la primera divinidad importante era el cielo cuya naturaleza es femenina y se llamaba Nut, que significa cielo.

El Sol que tiene numerosos nombres se llamaba Aton al amanecer o al ocaso, justo en ese momento en el que se puede mirar al disco solar directamente. Cambia su nombre por Re o Ra al mediodía. 

El Sol, igual que el kin de los mayas nace cada día de la vaca celeste, unas veces se representa como un ternerillo y otra veces se representa como un niño.  Luego, cuando se eleva en el cielo se trasforma en un halcón que recorre el espacio con su ojo siempre vigilante observándolo todo..

El escarabajo dorado es otra representación del dios del Sol, un escarabajo dorado que con sus patas traseras va haciendo rodar el disco solar a lo largo del día..

La Luna es la tercera gran divinidad de los egipcios y al igual que el Sol tiene diferentes nombres.

 La Luna es hija de la diosa Nut hermana del Sol, se la representa como un Ibis.

Y la cuarta gran divinidad de la naturaleza es el rio Nilo, que con sus aguas trae la vida y con sus riadas e inundaciones provoca la muerte de los no creyentes. La cuenca del rio Nilo era un paraíso protegido por los dioses, pero uno de ellos castigaba a los no creyentes a través de diluvios que lo arrasaban todo a su paso. 

Un observador inteligente se dio cuenta de que cada vez que el «dios» Osiris emergía por el horizonte antes que el Sol, llegaban las riadas del Nilo, comenzaba la inundación anual.

Hay un dios en el cielo que abre las compuertas de las aguas del Nilo, un dios poderoso que está en el cielo

-Nadie sabe cómo, pero hace ocho o nueve mil años descubrieron esa coincidencia astrológica cíclica anual de las crecidas del Nilo. En esa relación de simultaneidad relacionaban la aparición de la estrella Sirio sobre el horizonte este, justo antes de salir el Sol con la llegada de la inundación.

Por ello,  los antiguos habitantes de esta cuenca sabían que en una época determinada del año, (en la actualidad hacia finales de septiembre) venía la crecida del Nilo y se producía todos los años, en la época en que, tras un prolongado periodo de invisibilidad, aparecía por primera vez en el cielo la estrella Sirio precediendo al Sol, centelleando con su azulado brillo, la estrella más brillante del firmamento, la alfa del Can mayor.

La salida de Sirio, marcaba para los egipcios un momento transcendental en la invariable marcha del tiempo, era el reloj que anunciaba que el río tendría unas crecidas en las que el nivel del agua aumentaría hasta diez metros de altura sobre el nivel estival, anterior y mas bajo.  Esta información astrólogica permitió el desarrollo descomunal de la cultura egipcia.

La fecha anual con la que conmemoraban la aparición de Sirio, era el día 19 de Julio, que a su vez señalaba el inicio de un nuevo año. Para las gentes que habitaban el valle del Nilo era la señal que les indicaba que debían de partir a la tierras altas para resguardarse de la inminente inundación.

 

Los egipcios formaron un grupo social que conocía este mecanismo gigantesco de riego, que evitaba las catástrofes de las riadas y que les permitía prepararse con antelación  a esa avenidas de aguas que lo inundaban todo y dejaban las tierras abonadas con el nuevo limo para a continuación sembrarlas.. 

Este es el verdadero y original poder del pueblo egipcio. Solventado el problema de la alimentación y la subsistencia se podía desarrollar una cultura como la de Egipto..

El calendario egipcio estaba basado por completo en esas necesidades agrícolas y de supervivencia ante los «diluvios» anuales. Ellos dividieron el año en tres periodos de cuatro meses y crearon el primer zodiaco celeste compuesto por tres constelaciones principales; la estación de la inundación, con la constelación de Tauro, desde mediados de junio hasta mediados de Octubre; el León, la de la siembra, desde mediados de Octubre hasta mediados de febrero, y la de recolección, Escorpión, desde mediados de febrero hasta mediados de junio.

 La desaparición de esta cultura también tiene que ver con un fenómeno astronómico desconocido para ellos, como es la precesión equinoccial.  -Rareza esta que provoca un movimiento mínimo de desplazamiento de las estrellas en el sentido de occidente a oriente. De tal manera que en el transcurso de cuatro mil años, la estrella Sirio aparece después de estas crecidas, sobre todo en el área del Antiguo Imperio. 

Las crecidas del Nilo tardan en llegar desde Assuán, al delta, un mes de tiempo. Esto pudo prolongar el funcionamiento de Sirio en el bajo Imperio otros 2.500 años, pero al final, perdido su reloj, desaparece la cultura en la que se sustentaba.

Aunque existen discrepancias respecto al origen de la primera astrología, su primer momento de brillo o esplendor lo tuvo en Egipto, pues 2660 años a. de C. aparecen los primeros tratados considerados como el comienzo de la literatura científica.

Se trata de las primeras obras de moral, medicina y astronomía de la humanidad.

Mil años después aparecen en la bóveda del templo de Denderah, la representación de las doce constelaciones zodiacales y de  los planetas. 

Mercurio, reconocible por su caduceo, está en Cáncer.

Venus se encuentra entre Acuario y Piscis.

Marte en Capricornio, Júpiter entre Géminis y Cáncer y Saturno entre Virgo y Libra.

Además aparecen 36 figuras en el exterior representando las 36 estrellas más importantes.

En este mismo templo , en el techo de la sala hipósita se muestra un zodiaco rectangular, con una representación de estas estrellas, acompañando al disco solar personificado en Ra.

La ciencia de las estrellas estuvo presente en la cultura egipcia desde su origen, sin la Astrología no se puede entender completamente su cultura.

 
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