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La enseñanza como necesidad y salida profesional de la astrología.

Hace unos años, al preguntarle a mi editor cuál era el motivo de que disminuyeran las publicaciones de Astrología y aumentaran las publicaciones de temas de terapias alternativas, de ángeles , de Tarot y de toda una serie de temas afines del New Age, me contestó que la clave estaba en la salida profesional que ofrecen estos nuevos temas alternativos y en que la Astrología no ofrece una salida profesional clara, por eso los lectores prefieren estudiar temas que posteriormente puedan tener una salida profesional que les permita ganarse la vida con el trabajo que les gusta.

He podido observar, que no sólo en España, sino en otros países europeos y americanos, los astrólogos profesionales, los verdaderos astrólogos profesionales escasean, a pesar de que hay mucha demanda de los servicios especializados de Astrología. En contrapartida hay una considerable oferta de tarotistas y adivinos o de personas que se realizan una actividad semejante a la de los astrólogos, pero sin tener la formación adecuada como tales.
Por otro lado son muchos los que intentan practicar Astrología basándose en la lectura estática, descriptiva o psicológica del tema natal, y usando la interpretación de algunos tránsitos planetarios, o utilizando una progresión única y maravillosa.

El resultado es que la Astrología como profesión no avanza adecuadamente, la mayor parte de los que pretenden dedicarse a esto, se encuentran en un callejón sin salida, por falta de una buena formación, y tienen que derivar su vida profesional por otros derroteros, apoyarse en el Tarot u otras mancias y dejar a la Astrología en un segundo lugar. Esta es la situación más parecida a la realidad de la Astrología profesional de nuestros días, no sólo en nuestro país sino en la mayor parte de los países occidentales.

En mi opinión nos queda por delante un camino muy largo y duro para recorrer hasta lograr que haya un número suficiente de astrólogos bien formados que puedan tener una salida profesional digna. Ese camino pasa, sin ninguna duda, por la formación y a su vez por la enseñanza, y la enseñanza depende de los docentes.
El mundo de los docentes en Astrología es mucho más que surrealista, va más allá de lo que lo que nadie pueda llegar a imaginarse. -Es cierto que hay algún docente bien formado y con buena capacidad para realizar su tarea, y también hay entidades como el Caba de Buenos Aires, pero igualmente es cierto que la docencia astrológica, al no estar regulada de ninguna de las maneras, está infiltrada de docentes que sin tener la formación adecuada, ejercen de profesores y aumentan la cadena de estudiantes de Astrología que después de varios años de estudio se encuentran sin salida profesional, pues se ven incapaces de llevar a delante una consulta astrológica normal, es decir, se ven de nuevo sin salida profesional.
Por otro lado hay docentes que, con la excusa de seguir las pautas de los astrólogos de la tradición, se preocupan en exceso de temas que no tienen ninguna utilidad profesional y durante años ocupan a sus alumnos en temas de trigonometría esférica, astronomía ptolemáica y cosas por el estilo, que acaban por abrumar al alumno, quién finalmente se aleja de la Astrología.

Otros docentes basan su enseñanza en un maremagnun de simbología personalizada, kirones y asteroides con teorías peregrinas que después de la herida del alma no sirven absolutamente para nada. Otros directamente son unos listos perversos, que se dan cuenta de la ignorancia de las personas que se sienten atraídas por la Astrología y se aprovechan impunemente para venderles una Astrología que ellos mismos desconocen. Estos son los que más dañan la Astrología pues son los responsables de que muchas personas huyan de nuestra ciencia.

No me provoca ningún placer realizar estas denuncias, ni voy en contra de nadie en particular, que nadie se sienta aludido, pero este es el estado verdadero, crudo y duro de las cosas, en esta situación nos hallamos, este es el punto de partida a principios del siglo XXI, y desde aquí tenemos que partir nos guste o no, más vale que lo reconozcamos y nos propongamos enmendarlo.
Para que los astrólogos tengan una salida profesional como tales, aparte de recibir una formación ética, moral y psicológica de alto nivel, deben ser capaces de interpretar los símbolos astrológicos o disponer de una certificación por parte de alguien o alguna institución que los avale, necesitan estar bien formados en las técnicas de prognosis, que son la base fundamental de la Astrología, es decir, para ser Astrólogo profesional es necesario disponer del conocimiento adecuado que les permita hacer prospecciones de futuro, realizar pronósticos para prevenir, para ayudar a que el cliente se organice mejor sus tiempos y su vida. Esa es la función profesional que se demanda a los astrólogos, eso es lo que nos pide nuestra sociedad y si no logramos insertarnos dentro de la sociedad a través de nuestro trabajo, difícilmente nos van a permitir ocupar cátedras o fundar facultades. Si no estamos a la altura de la demanda social, si no hay astrólogos profesionales suficientes para mostrar la utilidad de nuestro conocimiento, estamos completamente perdidos, por mucha dignidad que se quiera tener, se chupe mucha cámara o se salga mucho en los medios de comunicación.
El astrólogo profesional ha de enfrentarse a la tarea de realizar pronósticos, de manera semejante a como la hacen los meteorólogos, los economistas o los sociólogos. Pronosticar para preparase mejor, pronosticar para prevenir, para organizarse la vida en mejores condiciones, cosa muy distinta a pretender augurar para adivinar.

Mi mensaje es que hay que divulgar las técnicas eficientes de prognosis para ayudar al estudiante de Astrología a que pueda realizar pronósticos, es decir, para que pueda trabajar como astrólogo profesional, tener clientes que vuelvan cada año y que pueda vivir tranquilamente de esta apasionante profesión. Para ello es muy conveniente conocer las direcciones armónicas uniformes, los antiguos atacires, que son extremadamente útiles para verificar ascendentes y ver reflejados los eventos sociales o más importantes; las Progresiones Secundarias para poder seguir los ritmos de cambios evolutivos de la persona que tenemos delante; las revoluciones solares y de todo tipo, para centrarse en periodos de tiempo cerrado y matizar pronósticos con el fin de ayudar al cliente a organizarse mejor; y por último los tránsitos para moverse por el tiempo al cliente con el fin de orientar.
No sólo de pan vive el hombre, igualmente no sólo de prognosis vive el astrólogo profesional. Para disponer de una consulta provista de las suficientes alternativas para ofrecer al cliente que solicita los servicios de un astrólogo, conviene que sepa organizar momentos adecuados para que el cliente pueda iniciar una actividad, tener un encuentro o cualquier otro asunto de importancia para el cliente en el que convenga que uno de los tres factores de la suerte (tiempo, lugar y gente) esté resuelto de antemano por el astrólogo profesional que para ello debe conocer la técnica tradicional de las elecciones.
También conviene que el astrólogo profesional conozca la técnica de las sinastrías, tanto de parejas, como de otro tipo de asociaciones o relaciones con terceras personas. Este es un tema muy necesario y muy demandado en la consulta y es conveniente estar bien formado en este ámbito para así ayudar al cliente a conocer mejor a su pareja, socio o persona con las que se compare.
El tema de la salud forma parte de la información que se le recaba al Astrólogo profesional. Sabemos que el significado de un planeta tiende a expresarse de diferentes maneras, pero básicamente se trata de una energía que tiene una extraordinaria “capacidad de adaptación” para expresarse en la vida humana. Las influencias planetarias se perciben como la necesidad de adaptación para expresar un tipo definido de energía.

Es imprescindible conocer cada una de las posibilidades de manifestación de las energías planetarias y saber que cuando no se ha canalizado por salidas “normales” o el la persona no ha sido capaz de “interpretar” o canalizar un tipo de energía, cada planeta tiene una zona o un órgano del cuerpo por el que puede fluir a modo de sumidero final. De tal manera que el órgano o la parte del cuerpo con la que se relaciona puede llegar a sentir los efectos del planeta si ha sido dificultada en exceso y no ha logrado fluir, entonces es cuando aparecen las alteraciones de la salud, que el astrólogo puede predecir para prevenir, igual que el diagnóstico médico precoz y es en este campo de la medicina preventiva donde la astrología tiene mucho que aportar. Entre los puntos críticos, el armónico 16 y las ondas armónicas hay un espacio importantísimo de información idónea para el astrólogo profesional.
La formación de un astrólogo profesional, las clases que debe recibir un estudiante de astrología que aspire en nuestros tiempos a ser astrólogo profesional, difícilmente puede impartirse por un único profesor, simplemente es ridículo pensar en eso. En estos primeros años del siglo XXI en el que parece que de nuevo la Astrología quiere rebrotar, es necesario que existan los docentes adecuados, es decir, suficientemente preparados para poder impartir estos temas citados, imprescindibles para que la Astrología pueda ocupar un lugar en medio de la sociedad, dando servicio a las gentes, regresando al lugar donde le corresponde por su naturaleza humana y social.
Para ello habrá que esforzarse dentro del colectivo en formar docentes capacitados para que prospere este nuevo brote de la Astrología, se logre su inserción en el mundo actual y se cubra una demanda social.

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