El Sol y la Luna forman la primera dualidad astrológica reconocida desde la antigüedad, Venus y Marte la segunda, Júpiter y Saturno la tercera, y del mismo modo Urano y Neptuno representan el cuarto antagonismo.
El antagonismo es la rivalidad que existe entre dos formas de entender y percibir la realidad política, social o económica, es el contraste entre dos maneras opuestas de aspirar a lo mismo, la competencia entre dos talantes opuestos e irreconciliables, como lo son el día y la noche, el frío y el calor, arriba y abajo, Urano y Neptuno.
Desde la experiencia astrológica, Neptuno tiene una relación directa con el pensamiento socialista, donde lo colectivo es más importante que lo individual, o como dice el diccionario de la Real Academia de la Lengua: Un sistema de organización social que supone derivados de la colectividad los derechos individuales y atribuye al Estado absoluta potestad de ordenar las condiciones de la vida civil, económica y política, extremando la preponderancia del interés colectivo sobre el particular. Eso es lo que quiere decir la palabra “socialismo”.
Entiendo y respeto que haya muchas personas que comulguen o se identifiquen con esta manera de organizar la vida política y social de un país, no faltaba más. Sin embargo hay otras maneras de entender la política, la economía y la vida civil, donde el Estado no debe tener la potestad de ordenar tanto las cosas, otra forma de pensar en la que, cuando menos Estado haya, más libertad individual tendremos, que cuando menos influencia tenga lo colectivo sobre el individuo más libertad tendrá la persona. Son dos formas de pensamiento antagónicas e irreconciliables, vamos a vivir siempre en esta dualidad, eso no tiene solución, si creo que hay un tiempo y un lugar donde una de esas formas será preponderante.
En Rusia y en los países forzados a ser sus satélites, el Socialismo fue preponderante a lo largo de casi todo el siglo XX. Pero el Socialismo tiene muchas caras, hay socialismos duros, puros como en Cuba o en Corea del Norte donde se mantiene en el poder el socialismo más puro, que acaba siendo un socialismo dinástico, como las monarquías, o en Venezuela donde tienen un dirigente político que se apoya en la ideología socialista para mantenerse en el poder.
El Socialismo europeo es más Light, está menos incrustado gracias a la democracia que impide que ningún sistema político se enquiste en el poder. En Europa occidental vamos bailando a derecha e izquierda con el vaivén de las influencias astrológicas, ora toca socialismo, ora conservadores o liberales, una alternancia política que permite el progreso económico y social de manera armónica.
Urano es la libertad individual, el progreso, el derecho inalienable de ser diferente, pensar distinto, progresar sin límites, comunicarse y expresarse sin ningún tipo de censura, Urano es Internet, la Astrología, las nuevas tecnologías, la carrera espacial, el humanismo, algo que choca de frente con el pensamiento neptuniano que todo lo iguala, que todo lo idealiza, que compara cualquier otro sistema político con un sistema ideal que nunca llega a ser real, véase sino los países donde el socialismo es, o ha sido preponderante.
Desde el socialismo todo lo que no se ajusta a su ideología es contrario, enemigo, odioso, mientras que desde el liberalismo cada persona puede pensar y expresar lo que quiera sin censura de ninguna clase. Urano es la libertad de pensamiento y de expresión, la tolerancia sin límites. Neptuno es el sometimiento a una ideología, así de simple. Aún recuerdo las palabras del mayor demagogo que ha tenido España, el socialista Alfonso Guerra, que decía que no adherirse a la ideología socialista era lo mismo que ser un reaccionario de derechas. -No, no es verdad, no adherirse a la ideología socialista no implica comulgar con el pensamiento conservador asociado a Saturno. No ser socialista o no pensar como piensan los socialistas no equivale a ser conservador o de derechas, eso es lo que les ha convenido hacer creer, para mantenerse en el poder, eso es una de las mayores falsedades que ha divulgado la propaganda socialista.
Urano es el progreso, aunque el paso de Neptuno por el signo de Acuario nos haya dejado la sensación de que socialismo y progresismo son una misma cosa, otra de las falsedades que conviene aclarar. El progresismo, la tolerancia, la modernidad y el humanismo son cualidades propias de las personas influidas por el planeta Urano, no de Neptuno y sus simpatizantes. Lo que ocurre con Neptuno y las personas que le son afines es que tiene la gran cualidad de metamorfosearse en lo que convenga con tal de tener la razón y lograr el poder.
Que nadie se alegre de nada, ni se enfade por nada, la dualidad Urano-Neptuno va a estar presente hasta el final de los tiempos, siempre habrá personas que preferirán la libertad individual y un Estado que no sea todopoderoso que controle y dirija la vida de los ciudadanos.
Aunque nos odien o nos desprecien, la bandera de la libertad individual, de la tolerancia, del progreso y de la modernidad tiene el color de Urano.