Marte y Saturno, desde la tradición astrológica, siempre han sido considerados planetas maléficos, cuya influencia es dañina para los seres humanos, como lo es el exceso de frio o el exceso de calor junto a la falta de humedad. En esos ambientes el ser humano vive penosamente. Así es en parte la influencia de Marte y Saturno.
Las personas que nacen cuando Marte y Saturno forman oposición, en el guion de su vida hay escritas escenas de “entre la espada y la pared” o directamente sentirse en el “paredón”. Saturno representa la imagen del padre y el modo en que vamos a relacionarnos con él. Quienes tienen a Marte frente a Saturno no suelen tener una relación con el padre agradable o pacifica, o se vive como tener un padre muy distante, autoritario, frío o poco afectivos, o se mantiene un competencia agotadora con el padre, o no se tiene un buen recuerdo de la infancia vivida a su lado, o directamente el padre nunca estuvo, o se mantuvo alejado.
La oposición es el aspecto puro que más fuerza tiene, pues enfrenta dos tipos distintos de energías planetarias. Una forma de considerar la oposición es verla como el enfrentamiento entre dos fuerzas, el impacto en la conciencia de la persona de dos potencias antagónicas que demandan un vencedor, llevando a buscar experiencias que los sitúe ante esta contradicción y haciéndole sentir esa tensión, involucrándolo en conflictos o ataduras engorrosas que sobrecargan su personalidad.
Así viven quienes tienen esta oposición, se sienten atacados y tienden a estar a la defensa no se sabe bien de qué. Las personas que al nacer, tienen la oposición de Marte con Saturno, a lo largo de sus vidas, tienen que superar un importante obstáculo para alcanzar sus metas sociales, profesionales o sentimentales. El obstáculo siempre está ahí esperando.
Son personas que deben realizar esfuerzos para conseguir que los demás se adapten a su voluntad, y al mismo tiempo deben de considerar a los demás para conseguir sus propósitos, y para lograrlo tratan de adaptar a los demás a sus propios objetivos.
Quienes tienen a Marte opuesto a Saturno tienden a obtener de los demás lo que no tienen por sí mismos. Para ello tejen toda una red de asociaciones, alianzas, coaliciones, tratados o conspiraciones que les permitan cumplir sus esperanzas.
Este es un aspecto de luchas intensa, competencias y enemigos que hay que vencer, de lo contrario, te destruyen. Miguel Hernández, el poeta alicantino que murió en prisión es un ejemplo penoso de esta influencia. Martin Lhuter King, también tenía este aspecto y sus enemigos acabaron con su vida.
En general son personas que se pasan su vida luchando o compitiendo para tener más autoridad, se rebelan contra todo atisbo de que les impongan reglas que no sean las suyas y son tremendamente competitivos y luchadores, ejemplo de ello lo tenemos en Bruce Lee o Van Dame, dos profesionales de la lucha que tenía este aspecto de Marte y Saturno.
Apasionadamente competitivos y luchadores, ambiciosos y arribistas, adaptados para la lucha social de cualquier tipo y dispuestos a competir con quien sea. Un ejemplo femenino, ahora que estamos con el “empoderamiento de las señoras” -como si no hubieran sido poderosas nunca- es el de Kamala Harris, una mujer tremendamente competitiva y ambiciosa que está a un paso de ser la primera presidente mujer de los EEUU.
Por eso digo que este es un aspecto muy poderoso, como una máquina pesada capaz de mover montañas, no hay nada que los detenga. Mahoma lo tenía, no las movió, pero como si la hubiera movido. Bolsonaro la tiene, y ahí va el buen hombre peleándose con todo el mundo y removiendo montañas. Y también la tienen Alberto Fernández y Máximo Kirchner……..la que se les viene encima a los argentinos. Y es que parece ser que quienes tienen a Marte frente a Saturno, ya nacen peleones, son como los gallos de pelea, que no ponen huevos y jalean. Y no hay nada que hacer. Así es Marte y Saturno, maléficos los dos, con este tipo de personas no se puede estar tranquilo, aunque pongan cara de buenos, buenas o buenes.