El maestro Tito Macia nos ha enseñado que las estrellas y los objetos del fondo del cielo (galaxias, cúmulos estelares y nebulosas) forman el telón de fondo del edificio astrológico, el último eslabón de una cadena de hilos de luz que nos une con el cielo formando una cúpula cristalina que refleja fielmente lo que ocurre aquí en la tierra.
Astrólogos egipcios consideraban a Sirio de vital importancia ya que su aparición anual señalaba la riada (lluvias e inundación del río Nilo).
Los mayas utilizaban a Sirio como referente en sus calendarios climatológicos, la consideraban deidad celeste. La más brillante, importante y conocida del hemisferio norte.
En textos castellanos de astrometeorología dicen que Aldebarán mueve lluvias con vientos, tempestades con lluvias.
Los árabes usaban naw, porciones desiguales de tiempo meteorológico. Unos naw poseían efectos climáticos favorables como el de las Pléyades (lluvias) y otros perjudiciales para agricultura como el naw de Aldebarán (dura unas horas). El mejor momento para que se produzca un naw es la última noche del mes lunar o en la primera. Estos naws lunares o “puertas del cielo” no sólo de novilunio, sino de los 4 cuartos, esos momentos de cambio coinciden con cambios meteorológicos generalizados.
Aldebarán significa “que sale después de las Pléyades”. A este cúmulo estelar le llamaban “dabara” (lluvias), grupito de estrellitas que parecen gotitas de agua.
Mira tú cómo las estrellas Sirio y Aldebarán son activadas por atacir con el Ascendente, Sol y Mercurio del Reloj Social Cero de Capricornio, Cuarta Puerta Anual. Para conocer el estado general de Marte, de las fuerzas armadas, el deporte y la influencia de la climatología. Invierno del hemisferio norte y verano en el hemisferio sur.
Más vale que salgas con paraguas.
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