Los Partes arábigos son joyas del tesoro de la astrología tradicional. Hay Partes arábigos para todo, uno de ellos es el Parte del Amor de hombre que se extrae del arco de separación entre Marte y Venus y se añade al Ascendente, este es el Parte contrario al Parte de los deseos femeninos que se extrae del arco de separación entre Venus y Marte y se añade al Ascendente.
Ben Ragel lo nombra como el Parte sobre la sexualidad, y dice:
“Cuando quieras saber si el nacido será casto o sexualmente activo, calcula cuantos grados hay entre Marte y Venus, y lo que resulte se lo añades al Ascendente, y el lugar donde se encuentre, tenlo en cuenta, si forma aspecto con Júpiter, será casto y limpio, y si forma aspecto a Marte, o estuviera en los primeros rayos que hubieran por el atacir de Marte, será sexualmente muy activo y de pensamientos obscenos.”
Silvio Berlunconi es un buen ejemplo de lo que dice Ben Ragel de: sexualmente muy activo y de pensamientos obscenos. Tiene el Parte del Amor de Hombre en la Casa III, el escenario de todo aquello que ocurre en la alcoba durante los fines de semana, el mismo escenario donde están las novias o las amantes, las que se meten en la misma cama, en Escorpio, un signo donde lo sexual tiene la misma importancia que el dinero para los Capriconios o los Tauros, y el Parte está formando cuadratura con el planeta Marte, que está en la cúspide de la Casa XII, donde tiene un significado de vida sexual secreta u oculta. Y mira tú el hombre, la que tiene liada.
Podemos imaginar lo que ocurre cuando el atacir de Marte llega hasta el lugar de Venus, es como cuando el cazador encañona a la paloma, por usar un lenguaje que se entienda. No es lo mismo que eso ocurra cuando el atacir del Ascendente llegue a la Luna, que cuando eso ocurra con Saturno o el Infortunio. El amor de hombre se puede escenificar de distintas maneras y a través de diferentes tipo de mujer.
Si el Parte forma conjunción con la Luna se trata de hombres que despliegan su instinto sexual entre mujeres susceptibles de ser madre, tienden a hacer el amor con la sana intención de dejar embarazada a la mujer, mientras que los que tienen al Parte junto al planeta Saturno su vida sentimental es un poco más difícil y compleja, un caso que nos puede servir de ejemplo es de Simón Bolivar.
Simón Bolivar tenía el Parte del amor de hombre junto al planeta Saturno en Capricornio, fuerte en su domicilio, pero en la Casa VI, el escenario de la “tristeza” de Saturno. Se casó a los 19 años con María Teresa del Toro y al año la mujer se puso enferma de fiebre amarilla y se quedó viudo. Se le conocen amores con señoras casadas como lo era Fanny Villars, la mujer del señor Villars, un señora un poquito entrada en kilos ocho años mayor que Bolivar, luego siguieron otros amores un poco oscuros hasta que conoció a Manuela Saez, mujer saturnina seria y responsable, de ojos y cabellos negros, cuando ella tenía el retorno de Saturno a los 27 años.
Usando este Parte arábigo se pueden conocer las imprudencias que se comenten y la puesta en marcha del potencial activo de seducción, este Parte arábigo refleja los impulsos arrebatados que pretenden la seducción, es el instinto sexual cuando actúa de manera atropellada, las aspiraciones masculinas o de conquista, que igualmente pueden desplegar las mujeres. Es un punto de fuerza seductora que también se puede usar para canalizar el impulso vocacional.